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19 de enero de 2018

Los invasores

Plumeros: demonios en el jardín
Población de hierba de la Pampa al sur del casco urbano de Oviedo, donde la especie ha proliferado siguiendo las carreteras y se ha extendido a terrenos degradados de su entorno
La proliferación de la hierba de la Pampa, naturalizada a partir de su cultivo ornamental, ejemplifica un grave problema ecológico y económico, de impacto creciente y difícil y muy costoso de atajar
Gramíneas ornamentales. Hierba de las Pampas (Cortaderia selloana)
Como una suerte de Dr Jekyll y Mr Hyde, el desdoblado protagonista de la novela gótica de Robert Louis Stevenson, encarnación de las dos caras de la naturaleza humana, del conflicto entre el bien y el mal, el plumero o hierba de la Pampa ("Cortaderia selloana"), una poácea de origen sudamericano llegada a Europa como planta de jardín, un adorno, en el siglo XVIII, posee un lado oscuro, perverso, monstruoso: desde que, en 1953, se localizaron los primeros ejemplares asilvestrados (por la dispersión eólica de sus semillas), se ha convertido en una de las peores pesadillas para la biodiversidad, favorecida por su uso generalizado, prolongado y contumaz como ornamento en las obras de grandes infraestructuras viarias.
Erradicar el plumero, uno de los retos medioambientales de Asturias. (LNE)
Y es una plaga de compleja y costosa erradicación, máxime cuando, por inacción, se ha dejado que prolifere. La temporada otoñal de floración, que adorna las plantas femeninas con los "plumeros" (las espigas de semillas pilosas a las que esta hierba debe su nombre popular), ha hecho tan patente la extrema gravedad de la invasión que han saltado todas las alarmas.
Densa población de plumeros de la Pampa en la zona de La Manjoya (Oviedo). (LNE)
Como buena invasora -así está catalogada actualmente en España peninsular y en Baleares, donde, en consecuencia, está prohibida su venta, que, paradójicamente, se mantiene en las islas Canarias, donde es muy abundante-, la "Cortaderia" está sobrada de estrategias biológicas y aptitudes tanto para expandirse, aprovechando las "debilidades" de la flora autóctona, como para resistir y mantener la tierra conquistada. Así, además de aprovecharse del viento como vía de diseminación (efectiva y de gran alcance) de sus semillas (hasta 100.000 por cada panícula), también se propaga vegetativamente por medio de la fragmentación de la cepa, por lo que su arranque mecánico (habitualmente combinado con el uso de productos químicos) requiere una excavación profunda y minuciosa (las raíces se hunden hasta 3,5 metros y se expanden hasta dos metros en derredor de la planta) para no dejar trozos en el terreno, a riesgo de conseguir el resultado contrario al deseado.
Plumeros en una autopista asturiana. (El Comercio)
Aprovecha los ambientes fuertemente alterados (carreteras, polígonos industriales, urbanizaciones), para arraigar y hacerse fuerte, y desde ellos avanza hacia medios naturales propicios, como los humedales, y las dunas y otros hábitats costeros. Adaptada a las temperaturas extremas y a la sequía, ha ido ganando tolerancia al frío, de manera que la invasión ha dejado de ser costera y hace tiempo que afecta a diversos espacios del interior, en altitudes crecientes. Más aún, el amplio rango térmico y el estrés hídrico que tolera la preparan para afrontar los desafíos del cambio climático (principalmente, aumento de las temperaturas y reducción de la pluviosidad). La terrible verdad de Mr Hyde convierte la identidad del Dr Jekyll (la planta bonita) en una mera ilusión.
CARPOBROTUS EDULIS (Uña de gato)
La cuestión no es ya la proliferación de la hierba de la Pampa, en tanto especie alóctona, fuera de lugar; ni siquiera la modificación del paisaje que producen sus densas poblaciones (especialmente patente en la cornisa Cantábrica, en Cantabria y en Asturias). La verdadera gravedad de la invasión radica en sus efectos sobre la hidrología, la ecología y la biodiversidad, pues la hierba de la Pampa cambia la disponibilidad de agua en los ecosistemas, altera la composición y las relaciones en las comunidades vegetales, y perjudica a la flora autóctona (incluyendo diversas especies amenazadas), que se ve desplazada y, con frecuencia, literalmente arrinconada.
margarita africana 'Arctotheca calendula'
Por desgracia, la hierba de la Pampa no es un caso aislado; forma parte de una extensa nómina de flora y fauna invasora que está causando graves problemas ecológicos, con una traducción económica directa en tanto muchas de esas especies afectan a cultivos y en cuanto combatirlas requiere costosas inversiones (esta es la razón de que la "Cortaderia" haya tenido carta blanca para crecer y multiplicarse durante los años de la crisis). Concretamente, las plantas invasoras están consideradas como la segunda causa de pérdida de biodiversidad, solo por detrás de la destrucción de hábitats, y representan uno de los principales problemas ambientales en Asturias, donde hay un centenar largo de especies con esa etiqueta.
hierba de cuchillo. (Mapio.net)
El plumero es una de las especies más agresivas y extendidas, pero en los acantilados y, más localmente, en los arenales, hay grandes colonias de uñas de gato o hierbas del cuchillo ("Carpobrotus"), sudafricanas, igualmente introducidas como ornamentales (producen grandes y coloridas flores lilas o amarillas), entre los siglos XIX y XX; en las playas y las dunas aparecen extensas poblaciones de margarita africana ("Arctotheca calendula"), con el mismo origen geográfico de las anteriores e idéntica vía de penetración en los ambientes naturales, donde empezaron a detectarse, en España, en el primer tercio del siglo XX, y en las riberas fluviales, tanto de los grandes ríos como de los arroyos costeros 
medra la tritonia ("Crocosmia x crocosmiflora").
Crocosmia x crocosmiflora
La Crocosmia x crocosmiflora es una planta de laboratorio obtenida por hibridación de dos especies naturales sudafricanas, cuya presencia en Asturias se descubrió en 1974. La fauna invasora, con una presencia más limitada, aunque creciente, en Asturias, incluye especies igualmente muy dañinas, como el avispón asiático ("Vespa velutina"), la última en llegar; el cangrejo americano ("Procambarus clarkii"), una plaga en los ríos, y la tortuga de Florida ("Trachemys scripta").
Ejemplar de cangrejo rojo o americano (Procambarus clarkii)
Un bocado muy caro
Los medios acuáticos son campo abonado para las invasiones. Una de las especies más peligrosas, el cangrejo de río americano o cangrejo rojo americano ("Procambarus clarkii"), fue introducido en España (en las marismas del Guadalquivir) en 1974, con fines comerciales. Su aprovechamiento para consumo y como cebo, sumado a su propia capacidad colonizadora (recorre hasta 3 kilómetros diarios), lo ha extendido después por toda la península. Su difusión en Asturias ha llevado al borde de la extinción al cangrejo de río autóctono ("Austrapotamobius pallipes"), con el que compite ventajosamente y al que transmite el hongo "Aphanomyces astasi", causante de una infección letal para el crustáceo europeo. Los tramos más altos de los ríos son los únicos territorios en los que no ha entrado.
tortuga de Florida (Trachemys scripta)
Las tortuguitas crecen...
Las mascotas repudiadas suman al problema de las especies invasoras. El mejor ejemplo, por su popularidad como animal de compañía durante décadas, es la tortuga de Florida ("Trachemys scripta"), cada vez más frecuente en ríos y humedales naturales. Por el momento, no es una especie conflictiva en Asturias, donde la población naturalizada es pequeña, no ha llegado a reproducirse (sí lo hace, dentro del ámbito cantábrico, en Vizcaya) y no compite con los galápagos autóctonos ibéricos, ausentes de la región, aunque localmente podría tener impacto, como depredador, sobre las comunidades de invertebrados, y de anfibios y otros pequeños vertebrados. En todo caso, la tendencia creciente de los abandonos sí plantea ya un serio problema de gestión.
visón americano ("Neovison vison")
Por los pelos
El visón americano ("Neovison vison") es el equivalente del visón europeo en el Nuevo Mundo. Ha cruzado el charco como especie comercial, criada para la explotación de su pelo, y de las granjas se han fugado los ejemplares fundadores de la actual población asilvestrada, que ha tomado posiciones en una docena de comunidades autónomas, incluidas todas las de la franja norte. Su reciente presencia en Asturias parece limitada al Occidente, donde entró desde Galicia (en la comunidad vecina existen numerosas explotaciones peleteras), pero ya ha causado estragos en colonias de cormorán moñudo. Las medidas de control que se han ensayado en diversos lugares invadidos han tenido una efectividad muy limitada; una vez la especie se instala, resulta virtualmente imposible de erradicar.
gambusia ("Gambusia holbrooki")
Un experimento fallido
La introducción de la gambusia ("Gambusia holbrooki") en España, en 1921, respondió a un experimento: se trataba de utilizar este pequeño pez americano como un arma biológica contra el mosquito anófeles, transmisor del paludismo. No fue una buena idea, pues apenas tuvo efectividad y, además, creó nuevos problemas: la competencia de la gambusia con diversas especies de la ictiofauna autóctona (entre ellas, varios endemismos ibéricos), su depredación sobre las puestas y las larvas de los anfibios, y la alteración de las condiciones ecológicas de los ecosistemas acuáticos. Un experimento fallido y caro. Asturias quedó al margen de ese proceso, aunque la especie fue detectada aquí a finales del siglo XX, al menos en algunas charcas de la periferia de Oviedo.
La 'Vespa Velutina', conocido comúnmente como avispón asiático tiene alerta a todos los apicultores del norte de España
Un pulso desigual
El caso del avispón asiático, avispa asiática o avispa negra ("Vespa velutina") expone de forma elocuente la desigualdad de fuerzas entre las especies invasoras y la lucha para contenerlas, pues, a pesar de la retirada de nidos y de las trampas para capturar reinas, el insecto continúa incrementando su población y ampliando su área de distribución en Asturias.
Mapa de riesgo de la invasión de Vespa Velutina
Parece haber llegado de forma accidental a Europa, mediante la "importación" de reinas hibernantes como polizones en cargamentos de hortalizas de China. Francia fue su cabeza de desembarco, en 2004, tal vez antes; en 2010 fue detectada en España (Navarra y País Vasco), y en 2014 había alcanzado Cantabria, Asturias y Galicia. Esta asesina de abejas causa serios daños en la apicultura y tal vez afecte a los procesos de polinización, esenciales para el equilibrio ecológico.
mapache (Procyon lotor). (Cadena ser)
Engañoso encanto
Hay animales que nunca deberían ser tenidos (y, por tanto, vendidos) como mascotas. El mapache ("Procyon lotor") pertenece a esta categoría, por sus hábitos nocturnos, por su carácter inquieto y agresivo, y porque su encantador aspecto oculta una bestia: un dañino depredador en los ambientes naturales a los que no pertenece y en los que, sin embargo, cada vez hay más ejemplares e, incluso, incipientes poblaciones, precisamente por la difícil convivencia con las personas que cometen el error de elegirlos como animales de compañía. En Asturias se sabe de varios individuos asilvestrados. Se adapta muy bien a nuevos ambientes, y es un depredador voraz y oportunista, con un fuerte impacto sobre las especies autóctonas y los ecosistemas. Una vez asentado, es muy difícil de controlar.
El visón americano (Neovison vison), atacando un gallinero
FUENTE: LA NUEVA ESPAÑA
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