El maíz y la patata
Imágenes del modelo de embarcaciones que transportaron a los conquistadores al 'Nuevo Mundo'. El Correo.
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A raíz del
descubrimiento de América, el europeo tuvo la oportunidad, por última vez, de
descubrir sabores y viandas enteramente nuevos
Los primeros
habitantes de México cultivaron el maíz, una hierba salvaje que mejoró
genéticamente gracias a que los agricultores aprendieron a realizar
hibridaciones para aumentar el tamaño de los granos. El huerto en la ciudad. |
La intervención de asturianos en el descubrimiento y
conquista de América fue poco significativa, sobre todo si se tiene en cuenta
el gran auge de la emigración transoceánica a partir de la segunda mitad del
siglo XIX. En la preparación del viaje de Colón tuvo gran importancia el
asturiano Alonso de Quintanilla, contador de los Reyes Católicos y protector
del navegante. Se deduce por los apellidos de uno de los embarcados en la nao
«Santa María», Pedro de Acevedo, que pudiera ser Asturiano, tal vez de Castropol.
Y entre los conquistadores, hubo dos de primer orden, el marino Pedro Menéndez
de Avilés, adelantado de La Florida, y Gonzalo Díaz de Pineda, compañero de
Pizarro en Perú. Extrañamente, Pedro Menéndez de Avilés, al norte, y Díaz de
Pineda, explorador de las selvas amazónicas, al sur, emprendieron sendas
empresas imposibles, poéticas y aventureras, la búsqueda del mítico El Dorado,
una ilusión de la estofa con que se tejen los sueños; que si bien, para Pedro
Menéndez de Avilés era algo que podía existir en las tierras que gobernaba,
para Díaz de Pineda fue la culminación de su vida y causa de su muerte. Otros
asturianos se distinguieron asimismo en la conquista, como el almirante Diego
Flores Valdés, que actuó en aguas de la Florida y de Sudamérica; el piloto
Esteban de las Alas, general de la Armada o Pedro Menéndez Marqués de Avilés,
capitán de mar y tierra, y sobrino de Adelantado.
Pedro Menéndez de Avilés (Avilés, 15 de febrero de 1519 - Santander, 16 de septiembre de 1574), adelantado, fue el primer gobernador español de Florida.(…) Pedro Menéndez de Avilés y sus hombres visitaron la zona y la reclamaron para España en 1566. Una misión española se estableció un año más tarde. Fort Dallas se construyó a mediados del Siglo XIX y consecuentemente fue un lugar de luchas durante las guerras contra los Seminola. (…). La Imagen. EcuRed. |
Pero en líneas generales puede decirse que el descubrimiento
que Francisco López de Gomara calificó como «la mayor cosa después de la
creación del mundo, sacando la Encarnación y Muerte de quien lo crió», contó
con menor presencia de asturianos que repercusión tuvo en la propia Asturias y
que se manifiesta, como muestra más representativa, en la difusión de alimentos
hoy humildes, comunes si se quiere, pero que modificaron profundamente los
hábitos alimentarios de los europeos, y, naturalmente, de los asturianos, entre
quienes no puede decirse que, aun a riesgo de contradecir a los alcaldes
metidos impropia y abusivamente a promotores turísticos y que siempre ofrecen
la «gastronomía» como reclamo publicitario, reinara la abundancia.
Portada
original de la edición de 1695 de la obra «Historia de las Antigüedades y cosas
memorables del Principado de Asturias». Luis Alfonso de Carvallo
(Entrambasaguas, Cangas del Narcea; 1571-Villagarcía de Campos, Valladolid; 2
de febrero de 1635) fue un historiador y religioso asturiano. (...). Saber más... WIKIPEDIA. |
Porque
aunque el optimista y exagerado P. Luis Alfonso de Carvallo elogia la gran
fertilidad de la tierra de Asturias, Feijoo, en el siglo siguiente, escribe
sobre el alimento de los aldeanos que «es un poco de pan negro, acompañado o de
algún lacticinio o alguna legumbre vil, pero todo en tan escasa cantidad que
hay quienes apenas una vez en la vida se han levantado saciados de la mesa». El
maíz y la patata supusieron, por tanto, un refuerzo alimentario importantísimo.
Mayor el de maíz, ya que la implantación de la patata fue mucho más tardía. A raíz del descubrimiento de América, el europeo tuvo la
oportunidad, por última vez, de descubrir sabores y viandas enteramente nuevos,
de manera que, en el aspecto gustativo por lo menos, los nuevos caminos
abiertos a las Indias son la continuación de la ruta de la seda y de las
especias. Colón salió a los mares en busca de un atajo a las tierras de las especias,
pero en lugar de pimienta, clavo o nuez moscada, trajo la patata, el maíz y el
tomate, que a diferencia de las especias no surtieron solo las mesas de los
poderosos, sino que constituyeron a partir de entonces las bases de la cocina
de los humildes.
Agricultura
Maya. Siendo la agricultura una actividad central en la vida de los mayas, se
ha especulado mucho sobre las técnicas agrícolas que utilizaban con más
frecuencia en la época prehispánica; si las de tipo extensivo, como el sistema
de roza-tumba-quema, o las de tipo intensivo, como el riego y las terrazas. (…). Cultura Maya.
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También a Asturias llegan desde Américas las «fabes» o
alubias, que dan la base a un plato regional muy conocido y difundido, aunque
muy reciente, de finales del siglo XIX como muy tarde, como insistiría el
difunto José Caso. «Entre las muchas aportaciones que el continente americano
haría al Viejo Mundo figuran una serie de productos alimenticios que iban a
incorporarse a la dieta de la casi totalidad de los países europeos, en muchos
casos de manera muy significativa –escribe Eduardo Méndez Riestra–. Ahí estuvo,
más que está, el maíz para demostrarlo, sobre todo en la España húmeda. Pero
ahí siguen también otros como la patata, la alubia, el tomate, los pimientos en
sus distintas variedades, el cacao, la piña, el plátano (algún cronista de este
reino lo describe con asombro; sin embargo, otras fuentes aseguran que procede
de la India y habría sido introducido precisamente en América por los
españoles), la mandioca, el cacahuete... o el tabaco, que aunque no sea en
rigor un alimento, parece obvio que gira en una órbita más o menos
gastronómica.
En cualquier caso, está probado que a finales del siglo XVI la
mayoría de las plantas comestibles que interesaron a los colonizadores ya se
habían dado a conocer en Europa y eran cultivados en distintos jardines botánicos,
auténticos focos de adaptación y difusión ilustrada». Algunos de estos alimentos, como el maíz, aunque hoy estén
en decadencia tuvieron en su día una difusión rápida y extraordinaria. Como
escribe Manuel Martínez Llopis: «Así como el trigo fue el cereal que constituyó
la base alimentaria de las comunidades humanas establecidas en las márgenes del
Mediterráneo, el centeno lo fue de las tribus germánicas y el arroz permitió la
supervivencia de las multitudes que poblaban el lejano Oriente, el maíz, que ha
conservado su nombre indígena, constituyó el alimento fundamental para los
aborígenes americanos». Tanto es así que los primeros hombres, según el «Popol
Vuh», el libro sagrado de los indios del Quiché, fueron hechos de maíz, después
de haber fracasado las tentativas de crearlos con lodo y madera.
Códice
azteca en el que se representan a dos reyes tomando la bebida del chocolate. Arqueofun (web desaparecida de la red)
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La
agricultura ha constituido la base de la economía maya desde la época
precolombina y el maíz es su principal cultivo. Los mayas cultivaban también
algodón, fríjol (poroto o judía), camote (batata), yuca y cacao. Las técnicas
del hilado, el tinte y el tejido consiguieron un elevado grado de perfección.
Como unidad de cambio se utilizaban las semillas de cacao y las campanillas de
cobre, material que se empleaba también para trabajos ornamentales, al igual
que el oro, la plata, el jade, las conchas de mar y las plumas de colores. Agricultura y Economía.
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La extensión
de esta gramínea abarcaba buena parte de las Indias, según constata el P. José
de Acosta en su «Historia Natural y Moral de las Indias»: «Así como en las
partes del orbe antiguo, que son Europa, Asia y África, el grano más común a
los hombres es el trigo, así en las partes del nuevo orbe ha sido y es el grano
de maíz, y casi se ha hallado en todos los reinos de Indias Occidentales, en
Perú, en Nueva España, en Nuevo Reino, en Guatemala, en Chile, en toda Tierra
Firme. De las islas de Barlovento, que son Cuba, la Española, Jamaica, San
Juan, no sé qué se usase antiguamente el maíz; hoy día se usan más la yuca y el
cazabí». López de Gomara lo señala como el sustantivo de algo tan fundamental
(para un castellano) como el trigo, que, naturalmente, era desconocido por los
indios: «Tampoco tenían trigo en todas las Indias, que son otro mundo; falta
grandísima, según la costumbre de aquí. Pero sin embargo, los naturales de
aquellos lugares no sentían ni sienten tal falta, comiendo pan de maíz, y lo
comen todos». Gonzalo Fernández de Oviedo da, en su Historia Natural de
las Indias, una descripción detallada de esta novedad y de su cultivo: «En la
dicha isla Española tienen los indios y los cristianos que después usan comer
el pan de estos indios dos maneras de ello.
(…) De
acuerdo a los distintos métodos aplicados a la agricultura en la cultura maya
se tiene registro que los alimentos más comunes se trataron de el maíz, así
como también la yuca, el algodón, la calabaza, los frijoles entre otros que por
lo general constituían la dieta principal de los mayas. (…). Hablemos de Culturas.
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La una es maíz, que es grano, y la
otra cazabe, que es raíz. El maíz se siembra y recoge de esta manera: este es
un grano que nace en unas mazorcas de un geme (14 cm.) y más y menos longueza, llenas
de granos casi tan gruesos como garbanzos; y para los sembrar, lo que se hace
primero es talar los cañaverales y monte donde los quieren sembrar, porque la
tierra donde nace yerba, y no árboles y cañas no es tan fértil, y después que
se ha hecho aquella tala o roza, quémase y después de quemada la tierra que así
se taló, queda de aquella ceniza un temple a la tierra, mejor que si se
estercolara; y toma el indio un palo en la mano, tan alto como él, y da un
golpe de punta en tierra y saca luego, y en aquel agujero que hizo echa con la
otra mano siete u ocho granos poco más o menos del dicho maíz y da luego otro
paso adelante y hace lo mismo, y de esta manera a compás prosigue hasta que
llega al cato de la tierra que siembra y va poniendo la misma simiente, y a los
costados del tal indio van otros en ala haciendo lo mismo y de esta manera
torna a dar al contrario la vuelta sembrando y así continuándolo hasta que
acaban.
Retrato de
Gonzalo Fernández de Oviedo, ubicado en la Academia Colombiana de Historia. Coriolano
Leudo Obando - Catálogo de Pinturas Academia Colombiana de Historia. Gonzalo
Fernández de Oviedo Valdés (Madrid, 1478-Santo Domingo, 1557) fue un militar,
escritor, botánico, etnógrafo y colonizador español nombrado en 1532 por el
emperador Carlos V primer cronista de las Indias recién descubiertas. Fue
además alcalde de la fortaleza de Santo Domingo. (...). Saber más... WIKIPEDIA. |
Este maíz desde pocos días nace, porque en cuatro meses se coge y
alguno hay más temprano, que viene desde a tres; pero así como va naciendo
tienen cuidado de lo desherbar, hasta que está tan alto que va el maíz
señoreando la hierba». Incluso proporciona Fernández de Oviedo consejos sobre
la mejor manera de comerlo: «y hase de comer caliente, porque estando frío ni
tiene tan buen sabor ni es tan bueno de marcar, porque está más seco y áspero.
También esos bolos se cuecen, pero no tienen tan buen gusto, y este pan,
después de cocido o asado, no se sostiene sino muy pocos días, y luego, desde a
cuatro o cinco días, se mohece y no está de comer». Inconveniente que debía ser
tenido muy en cuenta en tierras de mucha humedad como Asturias, en la que se
aclimató fácilmente, constituyendo a partir de entonces uno de los fundamentos
de la dieta del asturiano.
(…) Cuando
los conquistadores llegaron al Nuevo Mundo encontraron las tierras habitadas
por numerosas tribus indígenas de diferentes familias, con diversas religiones,
idioma y costumbres.. (…). Los primeros pobladores.
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El maíz recibía este nombre en Méjico y entre los indios
barloventanos, en Perú se le llamaba «zara». Al grano tierno le llamaban
«capia», y es «mucho regalo», según el Inca Garcilaso, y al duro «muruchu», que
fue el que viajó a España. Se preparaba el maíz de diversas maneras, casi
siempre caliente, porque si no se vuelve correoso y mohoso, «y no está de
comer», como advierte Fernández de Oviedo, siendo la más extendida en forma de
tortas o tortillas, que en Perú se llamaban «tanta»; en Nueva España,
«tlascala» y en Tierra Firme, «arepas», y que merecieron el elogio del P. Cobo
en su «Historia del Nuevo Mundo»: «En una ocasión que en un pueblo de indios
deste reino nos faltó el pan, mandó el cura a las indias que nos hicieran
tortillas de maíz como las que solían hacer antiguamente para sus caciques, y
hiciéronlas tan regaladas y sabrosas que parecía fruta de sartén, porque
amasaron la harina de maíz con huevos y manteca» escribe.
El maíz entra pronto en España, y no tarda en hacerse
popular, ya que hasta Lope de Vega lo menciona en una de sus obras. A Asturias
llega a finales del siglo XVI, de acuerdo con un contrato de arriendo fechado
el 11 de octubre de 1600 en el que se especifican las simientes de cebada,
trigo, maíz y legumbres. Según documentos aportados por Marino Busto, en 1598
ya se cultivaba en el concejo de Carreño. En un testamento fechado en Tamón el
9 de agosto de 1598, Juan Alonso de la Vallina y su esposa dejan a sus
herederos «una fanega de maizo y otra de panizo», y meses más tarde, el 16 de
diciembre de ese año, la viuda de Juan Cuervo, de Perlora, señala que «quedaron
sin coger once fanegas de maíz y panizo por mediado, digo seis de maíz que cogí
en la llosa de la fragua».
Familia Arawak
(…) Cuando los conquistadores llegaron
al Nuevo Mundo encontraron las tierras habitadas por numerosas tribus indígenas
de diferentes familias, con diversas religiones, idioma y costumbres.. (…). Los primeros pobladores.
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El marino
tapiego Gonzalo Méndez de Cancio, gobernador de La Florida entre los años 1596
y 1603. Ilustración de Alfonso Zapico.
Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio,
Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela
gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros
trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA. |
Aunque se da como fecha de la recogida de la primera
cosecha de maíz el año 1605, en Tapia, debido, sin duda, a la mayor relevancia
de su interlocutor en aquellas tierras, el almirante Gonzalo Méndez de Cancio,
que había sido gobernador y capitán general de La Florida, y de allí trajo
aquel primer maíz, en dos famosas arcas. La Florida, durante el siglo XVI, por conquista de Pedro
Menéndez de Avilés, fue una especie de feudo de los asturianos en América.
Nacido en San Esteban de Tapia, concejo de Castropol, hacia 1554, fue en sus
comienzos armador y navegante por la costa cantábrica; luego amplió sus
horizontes hacia los mucho más extensos de los mares americanos. En esas aguas
luchó contra corsarios franceses y llegó a tener un enfrentamiento con sir
Francis Drake, que se encontraba haciendo aguada en Guadalupe, y a quien
desarboló dos naves.
El 22 de marzo de 1596, Felipe II le nombra Capitán
General de la Florida, cargo en el que le habían precedido otros dos
asturianos, conquistador Pedro Martínez de Avilés y su sobrino, Pedro Menéndez,
Marqués de Avilés. Como gobernador, contruyó hospitales e iglesias, reforzó la
iglesia de San Agustín, la primera de América del Norte, que era de paja, y
promovió el cultivo del maíz, proporcionando a quienes lo cultivaban semillas y
herramientas, y edificó molinos para moler el grano; también sofocó una
rebelión de los indios en la zona de Guale. Al ser relevado por Pedro de Ibarra
en febrero de 1603, regresó a España, trayendo en su equipaje dos arcas, una de
madera de cedro y otra de castaño, que contenían las semillas de maíz que mandó
plantar en las vegas de Bría. Aunque retirado de América, de las luchas contra
piratas y contra indios y de la administración, no se limitó al cultivo del
maíz, sino que ocupó los cargos de Alcalde Mayor de Castropol y Capitán de
Milicias, antes de fallecer en su casa natal de Casariego, en San Esteban de
Tapia, el año 1622. En esta casa se conserva una de las arcas que vino de
América, la de cedro.Felipe II por
Sofonisba Anguissola, 1565 (Museo del Prado, Madrid, España). Felipe II de
España, llamado «el Prudente» (Valladolid, 21 de mayo de 1527-San Lorenzo de El
Escorial, 13 de septiembre de 1598), fue rey de Españai desde el 15 de enero
de 1556 hasta su muerte. (...). Saber más... WIKIPEDIA. |
(…). Cultura
maya moneda. Cabe destacar que para la época en la que se desarrolló el
comercio y la cultura maya actividades económicas no se contaba con una moneda oficial puesto
que todas las actividades relacionadas se realizaban por medio de trueque que
era el intercambio de los bienes y en ocasiones se utilizó el cacao como
especie de una moneda pero no se tenía un valor exacto establecido. (…). Hablemos de Culturas.
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El maíz se difundió muy rápidamente en Asturias. El P.
Carvallo se refiere a él en Antigüedades y cosas memorables del Principado de
Asturias, obra publicada en 1695, pero escrita hacia 1613 (el retraso en su
publicación debe achacarse al Santo Oficio y a suspicacias de la Compañía de
Jesús, a la que Carvallo pertenecía, hacia sus miembros escritores): «Y en
nuestros tiempos se ha comenzado la agricultura del maíz, que es el pan
ordinario y común de las Indias, y lo produce esta tierra con grandísima
pujanza». Incorporado el «pan indio» a la dieta campesina asturiana, en 1634
superaba en cotización al mijo y el panizo, aunque por debajo de la escanda, y
dos años más tarde, la Junta General del Principado, dada la abundancia de las
cosechas, autorizó su exportación «para promover las provincias comarcanas que
padecen necesidad y donde tiene precio y valor». Poco más de veinte años
después, las Ordenanzas de la Junta de Santos de San Pedro, del año 1659,
prohíbe tales exportaciones alegando que «maíz, haba y paniza (son)
mantenimiento de la gente pobre. Dentro de Asturias, el maíz se extiende por la
totalidad del Principado, pronto su éxito será mayor en la zona oriental que en
la occidental, de la que procedía originariamente.
Gonzalo Jiménez de Quesada, representante de la literatura de la conquista de Colombia. Literatura del descubrimiento y conquista en Colombia |
Eduardo Méndez Riestra explica los motivos de este éxito
porque «sus rendimientos (son) bastante superiores tanto a los del mijo como a
los del panizo e incluso a los de la escanda. Por otro lado, resultaba
perfectamente compatible con otros cultivos, al ser un cereal de verano. De
este modo en las mejores tierras era posible obtener tres y hasta cuatro
cosechas en dos años, al sembrar escanda o trigo en invierno (cosecha de
verano); una vez recogido el cereal se sembraban nabos y cebada, que se
cosechaba a fines de año; los rastrojos eran aprovechados por el ganado hasta
la primavera, en cuyo momento se sembraba el maíz, junto a 'fabes', guisantes o
calabazas, especies que se desarrollaban bien con el grano americano, todo lo
cual era recolectado hacia octubre. Simultáneamente el nuevo cereal
proporcionaba alimento al ganado, cuyas cañas y 'tarucos' se sumaban con
forraje a nabos y cebada. Ello permitió una mayor estabulación de las reses y
un consiguiente aumento del estiércol, con una mejora del abonado, que venía a
cerrar el ciclo. Incluso las hojas de las mazorcas o 'panoya' tuvieron rápida
aplicación como relleno de colchones en las viviendas más modestas».
Grabado romántico
que muestra el desembarco de conquistadores y los aborígenes ofreciendo su oro.
(…). Los mitos de los reinos de oro. De acuerdo a esta leyenda, El Dorado era
más o menos algo así: una deslumbrante ciudad o reino de oro localizada en
medio de la jungla, posiblemente en la zona central de la Nueva Granada, actual
territorio de Colombia, aunque dependiendo del origen y época de la versión,
podía ser localizada también en alguna zona del interior de Venezuela, la selva
amazónica e incluso en algún lugar de los Andes, y hasta podía tener
importantes variaciones en su denominación, aunque generalmente no diferían
mucho en su concepto. (…). Historia y leyenda del Dorado.
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