6 de julio de 2017

El origen y la procedencia del Arca Santa son oscuros

Los expertos afirman que el Arca Santa se hizo en un taller de Toledo en el siglo XI

OVIEDO. La Catedral. Postal blanco y negro, c. 1920.
Una investigación aclara el origen del revestimiento de plata del relicario de la Catedral, que las leyendas sitúan en Jerusalén en el siglo VII
El Arca Santa. (Lne)
María Antonia Martínez sostiene que el Arca Santa se fabricó en Toledo, en un taller cristiano que intentaba emular la maestría de los artesanos de Al Andalus y del Norte de África. Daniel Rico afirma que data del siglo XI. Ambos investigadores, ella de la Universidad de Málaga y él de la Autónoma de Barcelona, han contribuido a reconstruir la historia del relicario ovetense y desvelar sus secretos. Las conclusiones de su investigación sobre las inscripciones cúficas y latinas del Arca Santa se publicarán próximamente en los anales del simposio que hace un par de años coordinó otra colega universitaria, Raquel Alonso, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo. El origen y la procedencia del Arca Santa son oscuros. El relicario cuenta con dos partes, una de madera y otra de metal, que es en la que se centra el estudio de Martínez y Rico. El alma de madera de la pieza se dice que llegó de Jerusalén, de donde salió en el 614 para salvarla de la invasión persa encabezada por Cosroes II. Los estudios epigráficos de María Antonia Martínez, arabista, y de Daniel Rico, latinista, proyectan nueva luz sobre el revestimiento de plata y las inscripciones que se hicieron sobre él. 
Catedral de Oviedo. (Turismo de Asturias)
María Antonia Martínez Núñez, profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Málaga, ha analizado detenidamente las inscripciones en caracteres cúficos -árabe arcaico- que aparecen en el Arca Santa. Y no sólo esas, también las de las arquetas del obispo ariano y de Santa Eulalia. Sólo de esta última puede decir con absoluta certeza que procede de territorio musulmán. "Está escrita en un árabe correctísimo", comenta. Las otras dos piezas están hechas, en su opinión, "en territorio cristiano, imitando los trabajos de los talleres musulmanes".
"El contenido de la inscripción en árabe del Arca Santa es bastante difícil de desentrañar por el tipo de letra, muy ornamentada pero escrita de forma muy deficiente", según la investigadora. "Está escrita por un artesano cristiano que desconocía la lengua árabe", afirma.
Se trata de varios textos, uno escrito alrededor de la tapa, otros en los laterales y frontal, y siempre se repiten las mismas palabras y expresiones: Dios, en nombre de Dios, bendición de Dios, alegría, bienestar, protección divina para su dueño... Son expresiones recurrentes en el mundo musulmán y el orfebre que las reprodujo, en una imitación muy deficiente, según María Antonia Martínez Núñez, pretendía hacer creer que el objeto que las contenía había salido de un taller andalusí, en la Península Ibérica, o fatimí, en el Norte de África.
Arca-santa-1.jpgEl escultor Víctor Hevia, en 1948, ante el Arca Santa en el acto de consagración de la Cámara Santa tras su voladura en la Revolución del 34. (Lne)
Las inscripciones en árabe han sufrido alteraciones a lo largo de los siglos, como ha sucedido con el ensamblaje en el frontal del Arca Santa, que tras alguna reparación dejó de encajar.
En los epígrafes escritos en latín, los que contienen la información sobre la fecha de apertura del Arca Santa y su contenido, los daños y el baile de letras es más evidente.
Daniel Rico, profesor del departamento de Arte y Musicología de la Autónoma de Barcelona y especialista en epigrafía latina, explica que, tras la voladura de la Cámara Santa, al reconstruir el Arca Santa aparecieron letras que estaban ocultas y se creían perdidas.
Ambrosio de Morales en el siglo XVI leyó la inscripción y en sus anotaciones se ha basado Rico para rehacerla. "Hay tres letras mal colocadas y los editores anteriores no se dieron cuenta: RIB, juntas. Creo haber localizado su sitio", comenta el investigador catalán, que se ha enfrentado a la lectura del Arca Santa como a un rompecabezas. También ha observado que las tres últimas líneas de la inscripción son un añadido apresurado para llenar el espacio que quedó libre tras escribir una primera lista de reliquias. La inscripción en latín del Arca Santa es, según Daniel Rico, "seguramente el documento más antiguo que tenemos sobre él".
Arca Santa y Santo Sudario Foto de Carlos de Posada M. (El camino de Santiago desde Asturias)
"Documenta por primera vez el Arca y no hay invención ni leyenda en él", añade. Además, da validez al acta de apertura, porque ambos textos están "casi calcados".  Es un texto excepcional por su extensión, 16 líneas que se leen en espiral, y estéticamente muy atractivo, con muchas letras embutidas. "Tiene una doble función: enumerar las reliquias y evocar la figura de Alfonso VI", indica el epigrafista.
Él sostiene que la apertura del Arca es un hecho histórico y que se llevó a cabo en 1075 , y de ese siglo es la inscripción latina, de lo que Daniel Rico no tiene duda por el tipo de letra utilizada. Es muy posible, según Rico, que incluso el Arca, en la parte exterior, date de ese mismo año.
La arqueta ha sufrido mucho a lo largo de los siglos y fue sometida a pequeñas reparaciones entre los siglos XVII y XVIII. El deterioro de la pieza se debió, en opinión del investigador catalán, "más al abandono que a cualquier otra razón". Y también a un exceso de devoción: cuando Manuel Gómez Moreno recompuso el Arca Santa encontró monedas escondidas entre su estructura. La parte más deteriorada es la más exterior, probablemente por la costumbre de los fieles de tocar los objetos benditos.
Vista interior (Retablo). (catedraldeoviedo.com)
FUENTE: ELENA FERNÁNDEZ-PELLO
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El Arca Santa, un misterio que recubre un enigma
Frente de Arca Santa (Cámara Santa). (Catedral de Oviedo)
Los expertos arrojan luz sobre la cubierta de plata, pero permanece intacto el secreto del relicario originario de la Catedral
Arca Santa de la catedral de Oviedo. (e-Spania-revues.org)
El Arca Santa de la Catedral de Oviedo son, en realidad, dos arcas. Una recubre a otra. De una de ellas se sabe mucho, cada vez más; de la otra se ignora casi todo. Y el objetivo del Cabildo consiste en aprovechar el proceso de restauración al que será sometido el cofre de las reliquias para profundizar en la investigación no sólo del recubrimiento de plata del arca, fabricado en el año 1075, sino de la caja originaria, de madera, de la que muy pocos detalles se conocen con certeza.
"La estructura interna es de madera y está recubierta de plata dorada. Eso es lo que se dice, pero antes de decir nada definitivo hay que estudiarlo", sostenía recientemente Paz Navarro, conservadora del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) y responsable del trabajo que se acometerá en los próximos días. Las investigaciones efectuadas hasta la fecha han solido centrarse en la cubierta de plata del arca. Tal y como ayer anticipó LA NUEVA ESPAÑA, los investigadores María Antonia Martínez y Daniel Rico acaban de concluir que fue elaborada en Toledo, en un taller cristiano que intentaba emular la maestría de los artesanos de Al Andalus y del Norte de África, y que este trabajo data del siglo XI (como ya se ha dicho, otros estudiosos ya lo habían datado en 1075).
Pero el relicario cuenta con dos partes: una metálica, a la que alude el estudio ahora dado a conocer, y otra de madera, más antigua, de la que se dice que llegó de Jerusalén, de donde salió en el año 614 para salvarla de la invasión persa encabezada por Cosroes II. Unos defienden que este caja originaria está hecha de madera cedro; otros se inclinan por el roble. "No cabe duda de que el arca de madera es muy anterior al recubrimiento de plata que se hizo después", subrayó ayer Agustín Hevia Ballina, archivero de la Catedral. 
El tesoro de tesoros
La parte de madera encierra misterios milenarios. Fue el 13 de marzo (otros sostienen que el 5 de marzo) de 1075 cuando el Rey Alfonso VI, acompañado probablemente de su esposa Jimena, de sus hermanas las infantas Urraca y Elvira, de los obispos de Burgos, Palencia y otras diócesis, y hasta de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, viajó a Oviedo y mandó abrir el arca. Allí, "empujando suavemente, al tiempo que de una y otra parte se lanzaban con los turíbulos bocanadas de oloroso incienso, se abre el arca, en medio de gran temor, quedando patente lo que a Dios habían pedido, es decir, un tesoro inimaginable", según relata el acta firmada por los allí presentes, un documento del siglo XI del que se conserva una copia posterior, del XIII.
La admiración de tan destacados espectadores se plasmó en la orden de Alfonso VI de labrar, en riquísima plata y con cargo a su bolsillo, un recubrimiento para el arca primitiva, que le pareció muy pobre. Pobreza material, que no histórica, que se confía en que pronto reluzca como el oro.
Cámara Santa de la Catedral de Oviedo. (eltesorodeoviedo.es)
FUENTE: PABLO ÁLVAREZ 
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