24 de febrero de 2017

Un antes y un después en la minería asturiana (y II)

El encierro del pozo Barredo 25 años después
Castillete de Barredo. (Archivo Histórico Minero)
Las claves y controversias de una movilización que marcó el devenir de la minería en España
Antonio González Hevia delante del castillete del Pozo Barredo en la actualidad

El encierro del pozo Barredo marca un antes y un después, no exento de controversias. Veinticinco años después, desde una visión sosegada de los hechos, pretendo expresar públicamente mi opinión, ante un hito histórico que ha tenido seguidores y detractores pero que ya forma parte de la historia de la minería asturiana.
Para ello, no está de más volver la vista atrás, hacia el contexto real, que precedió al encierro del pozo Barredo en aquellas navidades de 1991.

Rehabilitación pozo Barredo. (Contratas Iglesias)
El contexto previo
En la primavera de 1987 la minería asturiana, había vivido un proceso convulso de huelgas y de movilizaciones, mantenido en el tiempo, pero la desconvocatoria se impuso por si sola a finales de septiembre, por agotamiento. La división sindical entre SOMA-UGT y CC OO de la Minería se visualizaba sin más, tal como era. Recuerdo la marcha de los mineros a Madrid, movilizándonos por la Castellana y cuando el SOMA-UGT subía, por un lateral de la Castellana, nosotros bajábamos por el otro lateral profiriéndonos lindezas de todo tipo, unos a otros.
Resistir en solitario, por tanto, ya lo estábamos practicando en CC OO, pero encarar la reconversión minera con una política de resistencia, hasta agotar las fuerzas, quizás pudiera ser asumido por la vanguardia más combativa del sindicato, pero en mi opinión, terminaría no siendo asumido de igual forma, por la mayoría de trabajadores. Téngase en cuenta que los índices de afiliación sindical, entre SOMA-UGT y CC OO. de la Minería eran del noventa y cinco por ciento, repartido a mitad entre ambos sindicatos, y que, con anterioridad, disquisiciones de este tipo, sobre la unidad de acción, habían provocado desgarros, en CC OO de la Minería asturiana.
Pozo Barredo (1998). (el blog del mierense)
La anunciada reconversión minera se hace pública, cuando el Gobierno de Felipe González con el equipo de Carlos Solchaga y Claudio Aranzadi al frente, lanzan un órdago a la grande: liquidar la minería del carbón, poniéndole fecha de caducidad en el año 2000.
Lo cierto es que, una vez conocida la dimensión del ajuste minero, el SOMA-UGT mostraba una disposición menos reticente, a secundar las movilizaciones que planteábamos desde CC OO, pero, aun así, las dificultades para poner en práctica la unidad de acción, resultaban evidentes en cada momento. Desconozco las razones de este cambio de comportamiento del SOMA-UGT, pero intuyo que algo más que la dureza del ajuste propuesto a la minería había sucedido.
Antonio González Hevia durante el encierro en el Pozo Barredo
Como respuesta al ajuste propuesto, en junio de 1991, convocamos conjuntamente, la huelga de toda la minería asturiana, con una manifestación en Oviedo, en la que habló en nombre de las dos organizaciones sindicales, Gustavo Bueno. A finales de setiembre del mismo año, convocamos otra huelga de toda la minería asturiana y de nuevo manifestación en Oviedo, en la cual hablan en nombre de las organizaciones sindicales convocantes, los históricos dirigentes, Rafael Fernández y Horacio Fernández Inguanzo. Este hecho, al menos a mí, me parece relevante, pero posiblemente a otra gente no les indique nada.
El día 23 octubre del mismo año, la huelga general de Asturias, sale casi sola, porque el ambiente previo se había creado con las movilizaciones de la minería. Poco antes de que cogiéramos la pancarta de cabecera de la manifestación, en el informativo de TVE de las tres de la tarde, Felipe González envía el siguiente mensaje a Villa: "Espero, que este compañero, no se equivoque". El presidente González quiso así que se visualizara públicamente su malestar, con lo que estaba sucediendo.
Movilizaciones en Pozo Barredo (HUNOSA) en Mieres. (Archivo Histórico Minero)
El encierro
Tras nueve meses de conflicto, las movilizaciones se habían realizado de forma gradual, pero no eran movilizaciones para cubrir el expediente, tenían un componente político, que no había pasado desapercibido. Una delegación de los dos sindicatos mineros, con sus máximos responsables al frente, habíamos recorrido todos los municipios mineros de Asturias, y habíamos logrado el apoyo de todas las corporaciones municipales en nuestro posicionamiento ante el ajuste minero propuesto por el gobierno.
¿Por qué bajó Villa a la cuarta planta del Pozo Barredo? Que los aprendices de brujo hagan sus propias cábalas, pero es cierto que fui yo quien se lo propuso. Luego planificamos conjuntamente el cómo y el cuándo. Dejémoslo en que ni él me llevó a mí, ni yo le llevé a él, bajamos juntos y salimos juntos, pero lo importante fue, que el órdago con que respondimos al gobierno fue también un órdago a la grande. Cuando el día de Nochebuena (24-12-1991), TVE ofrece el mensaje del Rey, la bendición del Papa y a continuación las imágenes del encierro en la 4ª planta del pozo Barredo fuimos conscientes de que habíamos logrado impactar en la opinión pública española. Ni la fecha del encierro, ni el lugar, en pleno centro de Mieres, se habían elegido al azar.
Las anécdotas del interior del pozo Barredo ni las menciono, solamente constato que allí dentro no estábamos cerrados un grupo de amigos. Estábamos las direcciones de las dos organizaciones sindicales de la minería asturiana, que tomaban sus decisiones sobre lo que acontecía en el interior de Barredo y en su entorno exterior.
Movilizaciones mineras durante el encierro del Pozo Barredo. Mieres, Asturias 1991. (Archivo Histórico Minero)
Balance
Partíamos de una máxima: mantener la actividad minera al máximo posible, pero si quedaban menos mineros, que no quedaran con menos derechos. La población de las cuencas mineras habían sido un aliado fiel y contundente, por tanto, estábamos obligados a corresponder. Quien se plantee en un pulso de esta envergadura, que va a partir el brazo del contrincante, o negoció poco, o desconoce lo que es una confrontación de este calibre.
Como Villa era miembro de la ejecutiva federal del partido en el Gobierno, intuyo que había recibido las correspondientes presiones. En una conversación entre ambos, dando un largo paseo por el interior del pozo Barredo me hizo algunas confidencias y yo me comprometí personalmente con él a acompañarlo para dialogar con la ejecutiva federal del PSOE, una vez que finalizara el encierro. Dicho compromiso no mediatizaba nada más. Lo consideré comprensible y, por esta razón, lo manejé con cierta discreción.
José Ángel Fernández Villa durante el encierro en el Pozo Barredo
Se trataba de unos encuentros discretos en la calle Ferraz, con una delegación presidida por Txiqui Benegas y Fernández Marugán, durante una semana. Finalizamos la primera tanda de conversaciones el fin de semana siguiente en San Sebastián, con la misma delegación presidida por Txiqui Benegas y Fernández Marugán, sin acuerdo, aunque sí con aproximaciones.
El principio de acuerdo tiene lugar uno o dos meses más tarde, en la sede del Instituto Nacional de Industria, que era el accionista universal de HUNOSA. En CC OO nos habíamos negado a subscribir un acuerdo con el PSOE, porque lo queríamos con el Gobierno, o en su defecto, con una institución del Gobierno como era el INI. Posteriormente refrendado el principio de acuerdo por nuestras bases, ultimamos detalles con el vicepresidente de INI y con el ministro de Industria, Claudio Aranzadi, y el acuerdo se somete a la consideración de los trabajadores.
Movilizaciones mineras durante el encierro del Pozo Barredo. Mieres, Asturias. Año 1991. (Archivo Histórico Minero) 
Siempre consideré que lucha obrera nunca resulta estéril. ¿Alguien se pensaba que el Plan General del Carbón 1997-2005, obedeció a la concesión graciosa y gratuita de nadie? Pues bien, voy a mencionar dos aspectos de suma importancia recogidos en este plan, que fue negociado y acordado por los mismos que negociamos los anteriores acuerdos, después del encierro del pozo Barredo. La minería privada estaba discriminada en el tratamiento de excedentes, con respecto a la minería pública. Es decir, en la minería publica son conocidas las prejubilaciones pactadas en el Plan 91-93 para el tratamiento de excedentes, pero en la minería privada los excedentes, tenían derecho a una indemnización de unos 18.000 euros, dos años de desempleo y luego que cada cual se buscara la vida como mejor pudiera.
Hoy como consecuencia de esos acuerdos, HUNOSA, recolocó a los excedentes de la minería privada asturiana (LIERES, ESKAR, Alto ALLER, etc.) y de Duro Felguera y además la minería privada, se puede prejubilar exactamente igual que los mineros de la empresa pública, en Asturias y en todo el territorio español.
Antonio González Hevia, autor de este artículo
Fondos mineros
En mi opinión, los fondos mineros deberían haberse gestionado desde el principio en su marco natural, que era el Parlamento del Principado de Asturias, pero no fue posible. No fue posible porque cuando se acordaron los fondos mineros, las desavenencias surgidas entre el Gobierno de la nación y el Gobierno asturiano, aun siendo ambos del mismo signo político, impidieron dicho cometido. Como solución alternativa se utiliza la asamblea de alcaldes de municipios mineros y por esta razón fui a visitar al máximo responsable de la formación política que más afín me resultaba ideológicamente, y de la cual yo era militante, planteándole cómo afrontar esta disfunción, en la cual el PSOE de Asturias iba a tener la tijera y el paño.
Su respuesta no pudo ser más desoladora. Él consideraba que los fondos mineros no eran un instrumento útil para la reindustrialización de Asturias, porque solamente eran para las cuencas mineras. Sin duda, no tenía en cuenta los municipios RECHAR de Asturias, entre los que estaban incluidos también Oviedo, Gijón, Avilés, y el Occidente de Asturias porque, de considerarlo así, hubiera comprobado que, de los mismos, solamente quedaba excluido el Oriente de Asturias. Pero lo más triste de este episodio, es que nadie más que la minería asturiana, acordó fondos compensatorios o alternativos a los fondos mineros, ni para Asturias, ni para las cuencas mineras.
¿Se han cometido errores con los fondos mineros? Sí. Ahora bien, han contribuido a la mejora del hábitat de los ciudadanos de las cuencas mineras y esto es un hecho verificable, aunque presenten el déficit de no haber sido capaces de regenerar un tejido industrial alternativo. Quizás el enojo de muchos ciudadanos obedezca más a la especulación y al clientelismo del que han sido objeto los fondos mineros que a su eficacia propiamente dicha, en la creación de empleo, pero a esta posición crítica, también me sumo yo. Esta es mi opinión de los hechos, veinticinco años después.
Movilizaciones Mineras en Mieres (Asturias) en 1991. (Archivo Histórico Minero)
FUENTE: ANTONIO GONZÁLEZ HEVIA
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