12 de abril de 2014

Proyecto enseña de la "bonanza" del carbón

Santa Marina, barrio minero y rebelde sin causa
El barrio de Santa Marina en construcción, hacia 1950. Facebook “Mieres antes y ahora” de Carlos Díaz Marcos.

La inundación de una de las barriadas de la "sequía" en 1953
Entrada a Santa Marina con el rio Caudal desbordado, en el año 1953. Facebook “Carlos Díaz Marcos”.

La Nueva España
Segunda parte de la década de los cuarenta del siglo pasado. ¡Qué tiempos, señor! España se movía al son de la "música" que emanaba de las oscuras vías de la miseria, los rastros de la incivil y hasta el decomiso. Sin embargo, existían, en un medio olvidado y a la vez recordado rincón de la piel de toro -por aquello de las consecuencias de la Revolución del 34-, unas fuentes productivas que iban a paliar, en gran parte, las casi insalvables barreras de un círculo, que a modo de anillo, intentaba estrangular la supervivencia de una gran población. 
Año 1953, el rio Caudal, inundando la barriada de Santa Marina. Foto Alonso. Facebook “Carlos Díaz Marcos”.

Aquí, en Asturias, intentaban sobrevivir dos hermosos valles, en su día generosos con su naturaleza pero, en aquella actualidad, hollados por docenas y docenas de agujeros que daban salida al oro negro de entonces, propicio para mantener las históricas factorías gigantes de la metalurgia y la siderurgia. Aquí estaba la bonanza minera del carbón, hoy defenestrada por otros vientos no muy certeros. Era de esperar que aquello produjese reacciones a todos los niveles y desde el humano parió una especie de emigración masiva desde aquellas entonces provincias españolas más sangrantes. Extremadura, Andalucía, Galicia, incluso Portugal, por supuesto desde distintos puntos de la propia región asturiana y de pequeños núcleos rurales cercanos a las villas y centros de producción. Y las cuencas del Nalón y Caudal se convirtieron en un hervidero de gentes, primero los cabezas de familia y, posteriormente, el resto de la prole. Para ello había que habilitar espacios suficientes donde recoger el material humano que habría de arrancar el rico mineral de las entrañas de la tierra y parir el acero necesario. 
La entrada a la barriada de Santa Marina a mediaos de los años 50 del pasado siglo XX. Facebook “Mieres antes y ahora” de Carlos Díaz Marcos.

Así nacieron las barriadas mineras u obreras y, como por encanto, la discriminación social, entre las buenas gentes de los núcleos urbanos (herencia histórica), y los de las "sequías", apelativo que se les concedió a casi todos los que habían traspasado el límite del puerto de Pajares. Mieres tuvo, de principio, como enseña las barriadas de San Pedro y Santa Marina, inauguradas y ocupadas por los años 1949 y 50. Eran -y aún son- especie de edificaciones de compostura uniforme, baratas en coste pero cómodas y habitables en aquellos tiempos. De todas formas sirvieron para suscribir el bautismo de "barracones" que a lo largo de los siguientes años recibieron al menos dos grandes reparaciones y modificaciones, que no fueron capaces de cambiar mucho su aspecto y visión cuartelera. Eso sí, algunas gentes llegadas sufrieron, con cierta crueldad, el impacto del dedo acusador de las clases pudientes y medias de Mieres, con sentencia discriminatoria incluida. Y en el caso de Santa Marina, un hecho físico, digamos que geográfico, delimitó esa tendencia con aires de separatismo. 

Vista de la barriada de Santa Marina en 1958. Facebook “Mieres antes y ahora” de Carlos Díaz Marcos.

El río Duró, procedente del histórico barrio de La Villa, cuna de Mieres, separó a esta barriada minera y obrera del resto del casco urbano de la localidad, creando algo así como una frontera bajo la denominación de "La Canal" actualmente en plan recordatorio al lucir solo la denominación de la calle en la que se convirtió el lecho del río. A los tres años, 1953, de inaugurarse Santa Marina ya sirvió de parapeto contra las aguas del río Caudal, a las que se le hincharon las narices e inundó su suelo hasta el paso a nivel con barreras del Vasco Asturiano en la hoy llamada calle Manuel Llaneza. Ese impacto obligó a bastantes familias a salir con el agua hasta la cintura o en barcas llegadas de la costa, debiendo dormir esa noche en centros escolares a golpe de colchoneta. Vino posteriormente la prolongación de la zona habitable con la puesta en escena del área residencial de Vega de Arriba, ya con otro estilo y figura. Y con el paso de los años se fue suavizando aquel "cariñoso apelativo" que hoy sólo queda como recuerdo en las mentes de los más veteranos. De todas formas no faltan casos, afortunadamente contados con los dedos de la mano, de quienes emancipados en su estatus del Mieres actual, guardan en los pliegues de un silencio permanente, el hecho de haber nacido o residido en los barrios de los de la "sequía".
Obras del encauce del rio Caudal, a la altura de Santa Marina. Hacia el año 1955. Facebook “Mieres antes y ahora” de Carlos Díaz Marcos.

Para confirmar estas realidades basta el detalle de que, según comentarios más o menos fidedignos, parte del dinero destinado a la construcción de la iglesia parroquial del barrio, se fue para otros lares, quedando el templo cojo o manco y con aún hoy señales inequívocas de la falta de un fiel acabado.
Actualmente, Santa Marina se siente con plenitud integrado en el marco urbanístico de Mieres, tal como ocurre con San Pedro, merced a la nueva cara que presenta el área de La Mayacina y porque han quedado atrás los prejuicios sociales. Desviado el río Duró a las puertas de Vega de Arriba, ya no existe La Canal y solo se mantiene el aire cuartelario de sus viviendas. Pero subsiste la rebeldía de antaño y con causa. Una asociación vecinal fuerte, entre las más significativas de la zona, programa regularmente sus actividades, como el concurso de tonada para aficionados, acaba de recuperar el tradicional Tren de Madera a Llanes y otro grupo celebra anualmente el "Día de los "guajes" de Santa Marina" quizás como respuesta a la discriminación anterior. Hasta algunas calles rompieron moldes e inician su andadura numeraria de portales por la parte contraria, de espaldas al Ayuntamiento. Es un detalle o? ¿una especie de venganza?...
Tendales de ropa y carboneras en un patio de Santa Marina, hacia el año 1960. Foto Alonso. Facebook “Mieres antes y ahora” de Carlos Díaz Marcos.

FUENTE: AMADEO GANCEDO. Publicado por La Nueva España el 02-03-2014. Ver enlace.
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AUTORES.

AMADEO GANCEDO (
Tuña (Tineo) 1935 - Mieres del Camino 2019),
ejerció de fedatario del ruidoso y contradictorio Mieres de finales de los setenta y toda la década de los ochenta, contando en sus crónicas el inicio del naufragio industrial del concejo y el surgimiento de un pálpito que insufló vida a la emancipación política y sociocultural. Como antes había hecho uno de sus maestros, el recordado Luis Fernández Cabeza, Amadeo Gancedo se convirtió en infinidad de ocasiones en consejero, orientador e incluso confesor de alcaldes, empresarios, sindicalistas y dirigentes vecinales. También de algunos artistas, como el propio Víctor Manuel. Al margen de su infatigable labor periodística y, más tarde, empresarial, Amadeo Gancedo fue una persona permanentemente implicada en la vida social y cultural de Mieres. “No sólo fue un observador, sino también un laborioso actor estrechamente ligado a la comunidad”. Fueron muchas las iniciativas en las que se embarcó, colaborando con entidades como el Caudal Deportivo o el Orfeón de Mieres, entre otras muchas. Durante dos etapas de su vida estuvo enfrascado en sendos proyectos que tuvieron una notable relevancia. Se trata del Concurso Artístico de Otoño del viejo Teatro Capítol y de los “Tribunales Populares” impulsados durante su etapa al frente del Centro Cultural y Deportivo. En ambos casos, compartió experiencias con otros muchos inquietos mierenses implicados, como él, en el progreso del concejo. Como en casi todo, su acusada sensibilidad social le hizo adelantarse a debates antes de que se pusieran de máxima actualidad. Un abanderado del entusiasmo. Así le recordaremos. Amadeo Gancedo Rodríguez falleció el 27/04/2019. Fuente: La Nueva España

Facebook: Mieres Antes y Ahora de Carlos Díaz Marcos. Lugar para compartir viejos recuerdos y temas de actualidad de la villa de Mieres y su concejo. FUENTE: MIERES ANTES Y AHORA.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

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El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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