13 de junio de 2014

El poeta mierense de "bable" afable, Teodoro Cuesta

Teodoro Cuesta
Detalle de la estatua del Poeta mierense al lado de la Iglesia San Juan de Mieres. Saber más... Mieres Recuerdos
Poeta de bable afable y sencillo, sin la pedantería y petulancia que caracterizan la poesía en el bable actual
Teodoro Cuesta García-Ruiz (La Pasera, Mieres, 9 de noviembre de 1829 - Oviedo, 1 de febrero de 1895). Saber más… WIKIPEDIA.

La Nueva España
Sánchez Vicente invitaba desde las páginas de este periódico, hace unas fechas, a leer a Teodoro Cuesta, y ofrece razones suficientes para ello. La principal (aunque ésta no la aporta Sánchez Vicente) es que el bable de Teodoro Cuesta es sencillo, sin petulancias ni pedanterías que caracterizan y lastran a buena parte de la inflacionaria poesía bable actual, de pretensiones cosmopolitas y políticas evidentes.
El bable de Teodoro Cuesta es afable, sin ánimo diferenciador: nunca busca palabras por el solo hecho de su distancia con la equivalente castellana, y si le vale la voz castellana, no tiene reparo en quedarse con ella. En realidad, el bable es un castellano antiguo, con rasgos locales. Sánchez Vicente no estará de acuerdo, pero qué le vamos a hacer. Según Alarcos, los versos bables de la polémica con Diego Terrero «ofrecen una de las muestras literarias en habla asturiana más frescas, auténticas y espontáneas.
Monumento a Teodoro Cuesta en Mieres. Saber más… WIKIPEDIA.
No quiero decir con esto que la "fala" utilizada por Teodoro Cuesta sea una pura traslación gráfica de lo que hablaban sus coetáneos. Cualquier conocedor del asunto observará elementos claramente cultos y adaptaciones del castellano». De lo que se trata, en fin, es de que Teodoro Cuesta es un buen poeta en tono menor, sin duda por imposición de la modalidad lingüística en la que escribía. Gracias a la facilidad de su lengua y a su falta de ambiciones extraliterarias, Teodoro Cuesta es el poeta más conocido del bable y el mejor entendido. Los otros dos poetas del bable son, por el Occidente, el P. Galo Fernández, «Fermín Coronas», más difícil y también de mayor hondura poética, y por la oriental, Pepín de Pría, aunque influido por el bable central costero. Teodoro Cuesta, el poeta de Mieres, es el poeta del bable central, y por extensión, el poeta por excelencia de esa «fala». Seguramente porque su lengua suena de manera más familiar que la de Pepín de Pría y el P. Galo, Teodoro Cuesta siempre fue más popular que ambos, aunque en determinados aspectos, en fantasía y lirismo, le superan. Teodoro Cuesta fundamentalmente es un poeta festivo, aunque también con otros registros, como señala Sánchez Vicente, pero el P. Galo alcanza momentos de auténtico estremecimiento lírico, impensables en Teodoro, y Pepín de Pría crea mundos fantásticos poblados de maravillas, de xanas delicadas y de alcázares de perlas levantados bajo las aguas. Cuesta no llega al lirismo de uno y a la fantasía del otro; en compensación, ni el P. Galo ni Pepín de Pría igualan a Teodoro como poetas populares, ni como poetas civiles. Otros poemas escribió Teodoro de mayor ambición; pero si no fue nunca olvidado del todo se debe a sus poesías festivas.
La escultura en Mieres a Teodoro Cuesta (Año 1919). Enlace
Teodoro Cuesta no dejó de ser poeta, aún escribiendo versos de circunstancias. Lamento tener que recordar que la poesía festiva y la de circunstancias fueron las que mayor éxito tuvieron en bable hasta su actual desbordamiento pedantesco y político, las que tuvieron seguidores, por lectura o recitación, más entusiastas, y las que mejor resultaron, tanto en el plano humorístico como en el métrico. Porque si la sencillez y musicalidad del bable tiende al lirismo, también facilita el humorismo, y no obstante, a pesar del tono festivo, Teodoro Cuesta planteaba en ocasiones cuestiones graves, en las que, al cabo, el desenfado de la exposición no disimula la gravedad de lo dicho, por ejemplo:
En nacer y morrer semos iguales,
según diz Xuan el Foscu, los mortales,
y que pobres y ricos nos morremos
por la sola razón de que nacemos.
La cuestión ahí queda. Podía haberla planteado un severo predicador durante un sermón ceniciento de Semana Santa o don Ramón de Campoamor en un «poema filosófico». Pero la expone Teodoro invocando la autoridad de Xuan el Foscu, y eso parece, junto con la lengua en que está escrita, que le quita intensidad y dramatismo al hecho incontestable de que porque nacemos, morimos: aunque escriba «morrer», morir es cosa muy seria. Ciertas cosas no pueden ser dichas en bable sino es aligerándolas de sentido, pero entre decir «morrer» por «morir» y que lo diga Xuan el Foscu, en realidad viene a decir lo mismo que Martín Heidegger cuando afirma que el hombre es un ser para la muerte.
Teodoro Cuesta García Ruiz. De él dijo Leopoldo Alas Clarín que nunca había dado un disgusto a nadie y que para darlo tuvo que morirse hiriéndoles con la pena. El 1 de febrero de 1895 fallece, se cree que, de un infarto, en casa de su hermana. Debido a que en esa época era una persona de gran fama y reconocimiento su funeral en Oviedo es multitudinario. Sus restos mortales están enterrados en el cementerio de El Salvador, en Oviedo. Saber más… Ayuntamiento de Mieres.
Teodoro, que también sufrió lo suyo, sabía todo esto muy bien. Mas prefería escribir sin drama, más por consideración a sus lectores que porque él no lo conociera por experiencia propia, y muchos de sus versos -más de los que esperan encontrar quienes sólo le reconocen como poeta festivo, y aún ahí- encierran drama a flor de verso. «Porque nacemos, morimos», dicho por Xuan el Foscu, es poca cosa; pero por quien lo dice, no por lo que dice. Porque, como diría don Sem Tob, proverbios son proverbios, dígalos o no judío. En otros casos, la ternura destacada por el diminutivo otorga un tono próximo e íntimo a un poema tan de circunstancias como «Princesina, si ena fuente...», que le susurra a S. A. R. la serenísima señora doña María Isabel, princesa de Asturias. Pues era Teodoro poeta monárquico y de la Casa Real, y cuando la circunstancia lo exigía, levantaba la voz con versos de arte mayor para cantar, de manera vigorosa, a Alfonso XII; pero todos los versos que preceden al potente grito que cierra el poema («Viva Alfonso, rey d'España»), son una deliciosa evocación de la naturaleza astur. Hiciera poesía festiva o versos de circunstancias, en Teodoro afloraba, por encima de los compromisos, el poeta. Y también el patriota que exclamaba «¡Asturias de mi amor! ¡Xoya brillante!», al tiempo que protestaba enérgicamente por la pérdida de las islas Carolinas, ocupadas por Alemania. Asturias es la patria chica, pero España es la patria grande, sobre cuyo dominio no se ponía el sol: mas Teodoro asiste a un sombrío crepúsculo. Asturiano, pero ante todo español, defendió las colonias españolas al igual que Pepín Quevedo cantó una victoria de las armas españolas en Filipinas. La lengua no suponía para estos poetas ningún conflicto de tipo personal y mucho menos político. Eran conscientes de que cultivaban una curiosidad local que en ningún caso les impedía sentirse miembros de la patria grande.
Boceto del monumento a Teodoro Cuesta del escultor Arturo Sordo.  Saber más... Mieres Recuerdos
FUENTE: IGNACIO GRACIA NORIEGA. Publicado por La Nueva España el 27 de agosto del año 2009. Ver enlace.

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AUTORES.

José Ignacio Gracia Noriega (Llanes, 17 agosto 1945 - Oviedo, 6 septiembre 2016), ha sido uno de los escritores españoles más fecundos, críticos, originales e independientes de los últimos tiempos. La mayor parte de su obra la escribió en su casona familiar de Llanes, rodeado de libros y de un número variable de gatos, dedicado a su único oficio, el de escribir sirviéndose de vetustas plumas fuente y añejas máquinas ignorantes de la electricidad, que se negó a reemplazar por artilugios más modernos. Desde 2007 vivió en Sevares, buscando la tranquilidad y el sosiego que había perdido en su villa natal por enfrentamientos políticos. En febrero de 2011 recuperó judicialmente el título de Cronista oficial de Llanes, del que había pretendido despojarle en 2003 el alcalde del momento. Se formó en las Universidades de Oviedo y Madrid y ejerció el periodismo tanto en la radio como en la prensa regional y madrileña. Durante décadas fue colaborador del periódico ovetense La Nueva España. Miembro del Instituto de Estudios Asturianos (IDEA), recibió los premios de novela Tigre Juan, Casino de Mieres y Asturias. Formó parte del Consejo de Redacción de la revista de filosofía El Basilisco y del Consejo Asesor de la Fundación Gustavo Bueno. Narrador, ensayista, articulista, gastrónomo, crítico literario y cinematográfico, autor de libros de viajes, &c., ha publicado Asturias en pocas palabras (1980), Las crónicas de la Cofradía de la Mesa de Asturias (1980), Crónicas viajeras (1985), Indianos del Oriente de Asturias (1987), Una raya azul por Oviedo (1987), El viaje del obispo de Abisinia a los santuarios de la Cristiandad (1987), Semblanzas (1987), Entre el mar y las montañas (1988), El paso de Faes (1988), Dudoso paraíso (1990), El muro de la eternidad (1991), Vísperas del nuevo tiempo (1992), Los asturianos pintados por sí mismos (1995), Oviedo en los libros (1997), En un jardín tenebroso (1998), El viaje del norte (1999), Alarcos en Oviedo (2001), Asturias, esa desconocida (2001), Hombres de brújula y espada. Aventureros asturianos por el ancho mundo (2002), Don Pelayo. El Rey de las montañas (2006), Emilio Alarcos Llorach (2006), Luz del mar. Faros atlánticos de España y Portugal (con Carlos Olmo) (2007), El arzobispo Fernando de Valdés, la Mitra, la Universidad y la Hoguera (2008), Vivir de milagro (2008),La montaña mágica (2008), Historias de Covadonga (2008), Sobre cocina y gastronomía (2009), El reino mágico de Arturo (2009), Iñigo Noriega, un conquistador en México (2009), Poesía del mar (2010), Menéndez Pelayo. Genio y figura (con César Alonso de los Ríos y Aquilino Duque (2012) y Las burbujas de la tierra (En torno a William Shakespeare) (2016), &c. La Universidad de Córdoba publicó en 2009, sobre su obra, el volumen Gracia Noriega, escritor, coordinado por Luis Palacios Buñuelos, y en el que se incluyen varios cuentos de Ignacio Gracia Noriega. FUENTE: http://www.ignaciogracianoriega.net

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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